La Casa de la Cultura: El mejor patrimonio de Guaymas
La Casa de la Cultura, unos de los edificios históricos del puerto, se encuentra ubicada en la avenida Aquiles Serdán, entre la calle trece y catorce en la colonia centro de Guaymas, Sonora.
La mansión se construyó en 1910 para ser la residencia de la familia Zaragoza Maytorena, y fue hasta el año de 1985 cuando se empezó a rentarse al ayuntamiento del municipio como edificio para ser “Casa de la Cultura” de Guaymas, por el fundador Don Pedro Ojeda Roldán, primer director de la misma por mandato del ex presidente Marco Antonio Llano Zaragoza.
Rosa Virginia Ojeda Campillo, Licenciada en Artes Visuales, relata que en sus inicios solo se contaba con tres maestros, los cuales no se les pagó hasta haber trascurrido un año de su servicio; se trabajó con tres talleres (pintura, danza y guitarra) recibiendo un sueldo de cincuenta pesos al mes. La Lic. Rosa V. Ojeda, maestra de pintura, es la única que sigue laborando hasta el día de hoy.
Anteriormente también se manejaron los talleres de karate y aerobics con el fin de generar más recursos para su sostenimiento, sin embargo, después se dejaron de impartir por motivo desconocido. Actualmente, se ofrecen talleres como piano, guitarra, baile folclórico, pintura, manualidades, entre otros.
La Casa de la Cultura pertenece a un gremio afiliado al Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA), el cuál pone a nuestro alcance diversos talleres artísticos como pintura, iniciación musical, guitarra, escultura, iniciación artística, piano, manualidades, etcétera, para poder tener beneficios como descargar proyectos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
La coordinación se encarga de promover a los artistas de Guaymas en todo Sonora, los festivales locales, también se gestionan obras artísticas de todas partes de la república hasta internacionales, las cuales se solicitan cuando están de gira como Pablo Picasso, Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Salvador Dalí, Guadalupe Posada, entre otros.
Cada mes se realizan exposiciones en la galería de las mismas instalaciones para así, fortalecer la educación intercultural en el municipio.
La infraestructura no se ha remodelado, solo se pintó la fachada; por otro lado, han sido víctimas de constantemente robos a cualquier hora del día, ya que, las instalaciones son muy amplias y se encuentra abierta al público sin contar con el personal suficiente para resguardo de todo el edificio. Al oscurecer se observa la falta de alumbrado público a sus alrededores, siendo un lugar inseguro para los ciudadanos y sus mismos alumnos.
Como todo edificio antiguo tiene su historia de sucesos inexplicables y la Casa de la Cultura no es la excepción. La maestra Rosa Ojeda cuenta que sus alumnos le aseguran la aparición de una niña en los baños, por lo que se cuenta existe una anécdota sobre la familia Zaragoza en la que falleció su hija mientras vivían en ese recinto. Otro suceso, es el de un oficial que cuidaba las instalaciones, y según cuentan, un día llamo a una patrulla pidiendo apoyo porque al su parecer se encendió el equipo de sonido estando desconectado.
La maestra Rosa Ojeda menciona también una experiencia vivida en las oficinas donde antes era coordinación, ahí se guardaban los equipos de baile, una vez se encontraba con un compañero, cuando de repente se enciende un radio, cosa que les pareció raro ya que nunca les proporcionaban pilas y no estaba conectado a la energía eléctrica, inmediatamente se retiraron del lugar por el miedo que sintieron en ese momento.
En definitiva hace falta más atención por parte de las autoridades municipales en cuanto a los servicios públicos, para que estos se vean reflejados en mantenimiento de instalaciones; así mismo se requiere mayor presencia de elementos de Seguridad Pública Municipal y alumbrado para que los visitantes y residentes se sientan seguros.
Con respecto a la situación que estamos viviendo de la contingencia sanitaria, se vio afectada una parte de la economía del lugar, ya que no cuenta con las mismas inscripciones y asistencias a los diversos talleres, reduciendo así el número de alumnos con quiénes se trabaja en línea o de manera presencial.